La Road to Hana es una de las atracciones turísticas más importantes de Maui, aunque no la única, esta carretera escénica de algo más de 100 kilómetros va pegada a la costa y en ella se pueden hacer todas las paradas que quieras. Aunque casi siempre se hace en el día y no parece mucha distancia la verdad es que lo ideal sería quedarse a mitad de camino (Hana o alrededores, el problema es que hay poco y bastante caro)
La gracia de la carretera es disfrutarla, es una carretera estrecha sin arcén en la que además encontrarás muchos coches aparcados donde pueden por haber cascadas o lo que sea cerca, así que estos 100 kilómetros se hacen lentos y hay que recordar que luego hay que volver (se puede volver por otra carretera, pero a los coches de alquiler no dejan porque está sin asfaltar, así que bajo tu cuenta y riesgo si decides hacerlo)
¿Y qué tiene la road to Hana de especial? Para empezar, el paisaje, la costa de Hawaii es bastante impresionante y a cada giro puedes quedarte con la boca abierta. Además, la vegetación, impresionante lo frondoso que es todo. Es con diferencia la parte más frondosa de la isla, Maui me pareció bastante secarral en general, nada que ver con el resto de islas, quitando esta pequeña parte al sur.
Se vende una especie de audio tour que se sincroniza con por dónde vas para avisarte de las cosas que molan o dónde te puedes parar. Una de las paradas que yo más recomendaría es «Keanae Lookout and Peninsula» lava solidificada, mar, naturaleza en bruto… un buen sitio para pasar un rato, además un poco antes de llegar tienen un chiringuito donde venden, dicen, el mejor pan de plátano de la isla. Yo lo probé y estaba bastante rico, pero no tengo criterio suficiente para saber si es el mejor 😉
Después de esta parada puedes hacer todas las que quieras a cascadas y caminos, muchas de las cascadas están a pie de carretera y en otros sitios verás coches aparcados en mitad de la nada, investiga, porque si están ahí seguro que hay algo chulo cerca.
Yo terminé comiendo en Waianapanapa State Park, aunque aquí por poder, puedes echar el día entero. Hay una playa de arena negra preciosa, un montón de caminos que recorrer, una piscina natural en la que bañarte, lava por todas partes, no se puede pedir mucho más.
El resto del camino, hasta el parque natural donde están las Seven Sacred Pools (impresionantes, pero cuando fui estaban cerradas al uso del público) es un espectáculo
En el Haenakala national park (dónde están las Seven Sacred Pools) hay además una caseta de información dónde te dicen todos los trekkings que hay por la zona, yo hice uno bastante espectacular que te lleva hacia dentro de la montaña a una cascada.
(Juraría que tenía fotos, pero se ve que no, que me limité a caminar y disfrutar sin más)
Una excursión que merece mucho la pena, pero id con mucho cuidado con el coche si vais, que en tramos es muy estrecha y te encuentras uno de frente si te descuidas. Así que atentos a la carretera, y si no queréis conducir, hay muchísimos tours que hacen esta excursión, no hay excusa.